En un mundo donde la comodidad, el bienestar y la salud son fundamentales, no hay nada peor que tu hogar no responda a estas necesidades. Desgraciadamente, muchas viviendas no están aisladas térmicamente al ser de construcción antigua, lo que se traduce en inviernos muy fríos, veranos abrasadores y facturas de luz interminables.
Si deseas transformar tu hogar en un ambiente acogedor, la solución pasa por detectar cuáles son los focos de pérdida y entrada de calor o frío, siendo las principales áreas el tejado, puertas, ventanas y paredes. Por eso, es tan importante incorporar en tu casa los materiales más apropiados para cada tipo de fuga. Solucionando este problema, no sólo ahorrarás dinero en tu factura energética, sino que mejorarás tu salud y la de todos los habitantes de tu hogar.
Aislamiento del tejado: techo
Un techo bien aislado permite mantener una temperatura constante en tu hogar. Normalmente, los techos altos en las casas más antiguas dificultan que esto ocurra, ya que no ayudan a retener ni el frío ni calor que se genere en la vivienda.
A pesar de que necesites hacer una pequeña reforma en casa, una de las mejores soluciones es bajar el techo instalando un falso techo fijo o desmontable, según si quieres acceder posteriormente a cables y conductos de ventilación.
Además, es importante que elijas un techo aislante, es decir, de materiales con propiedades que permitan aislar las fuertes temperaturas. Para ello, la mejor opción es la placa Pacific, ya que está compuesta por un panel de lana de roca, un material que te protegerá tanto de las temperaturas como del sonido.
Si quieres un techo más estético o completamente liso, la escayola o el pladur son tus mejores aliados. Simplemente elige el modelo que más te guste, tanto liso como decorado y añade paneles o rollos de lana de roca, como la Drywall 37, uno de nuestros productos estrellas en relación calidad-precio.
Estos materiales te ayudarán a reducir la pérdida de calor y frío y mejorar el aislamiento de tu vivienda.
Aislamiento de ventanas y puertas
Los huecos entre la puerta y el marco son una vía de entrada de aire del exterior muy común. En este caso, la solución es más sencilla colocando un burlete bajo la puerta para taponar cualquier corriente de aire.
En caso de que tus ventanas sean antiguas, puedes colocar cortinas térmicas que están fabricadas de materiales gruesos con forros aislantes y ayudan a crear una barrera aislante entre el interior y el exterior. Otra opción es renovar tus ventanas por unas de doble cristal, una inversión costosa pero que aportará un mayor aislamiento térmico y mejorará el confort de tu casa.
Aislamiento de las paredes
Aislamiento interior
Aislamiento exterior
Por otro lado, si tu problema proviene de la fachada, el Sistema SATE (Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior) es tu gran aliado.
Este método consiste en incorporar aislamiento térmico y un revestimiento en el exterior de tu vivienda. Al ser un aislamiento por el exterior, no tendrás que modificar el interior de tu vivienda y conseguirás un excelente resultado desde 30€ el metro cuadrado.
Consejos para aislar una vivienda del frío
- Sella cualquier hueco o grieta con masilla. Esto te ayudará tapar cualquier entrada de aire.
- Revisa que tu sistema de calefacción esté en buenas condiciones. Cambia regularmente los filtros.
- Aprovecha las horas de luz. Durante el día airea las estancias para permitir que entre el calor y por la noche cierra totalmente para retenerlo.
- Coloca alfombras en el suelo para tener una temperatura más agradable.
- Déjate asesorar por profesionales para poder obtener los materiales más adecuados a tu situación.